Betalia ha estado presente en Ovinnova, el epicentro internacional del sector ovino
30 octubre, 2018Nuevo etiquetado de la leche y los productos lácteos
25 enero, 2019El objetivo para cualquier ración de producción es cubrir las necesidades nutricionales del animal al menor coste posible. Una vez cumplido el objetivo principal de la alimentación en rumiantes, la ración además debe ofrecer los siguientes requisitos:
- La ración de producción debe ser apetente y lo más homogénea posible
De este modo las raciones se pueden dividir en:
- Ración húmeda, constituida por ensilados de forrajes y/o coproductos procedentes de la industria alimentaria, como pulpas de frutas, bagazo de cerveza, pulpa prensada de remolacha, levadura de cerveza o destrío de tubérculos y verduras, además del pienso. Este tipo de raciones suelen presentar valores de humedad alrededor del 50% sin agua añadida
- Ración seca, constituida por heno de forrajes, pienso y paja. Su contenido de humedad se limita a la presente en sus materias primas, que no suele sobrepasar el 14%. Para mejorar su aspecto y reducir el polvo que contiene el pienso, se le suele añadir agua o melaza, con el objetivo de homogeneizar la mezcla e incrementar la palatabilidad y la capacidad de ingesta del animal.
La alimentación de un animal supone más del 60% de los costos de producción de una explotación, por lo que la elección sobre un tipo de ración u otra dependerán, de la localización geográfica de la granja y de la disponibilidad de recursos en dicha zona.
A continuación, exponemos algunas de las ventajas e inconvenientes que tienen ambos sistemas:
RACIÓN HÚMEDA | RACIÓN SECA | ||
VENTAJAS | INCONVENIENTES | VENTAJAS | INCONVENIENTES |
MAYOR SUCULENCIA | RIESGO CALENTAMIENTO | MENOS RIESGO DE CONTAMINACIÓN | DEPENDENCIA DE FORRAJES PROTEÍCOS |
MAYOR DIGESTIBILIDAD | RIESGO CONTAMINACIÓN | MÁS DURABILIDAD EN PESEBRE | MAYOR CAPACIDAD SELECCIÓN |
MENOS SELECCIÓN | COSTO AGUA Y MERMAS | NO NECESITA
INSTALACIONES ESPECIALES |
MAYOR COSTE |
Aunque ambas opciones son muy válidas, la tendencia (dependiendo de la zona geográfica), es trabajar con ración húmeda fundamentalmente, porque se reduce la dependencia de compra de materias primas externas: son explotaciones que tienen capacidad de producir parte de su base forrajera en forma de ensilados de cereales o leguminosas. Esta decisión implica tener un aumento de coste de producción, incrementado, en ocasiones, por la mano de obra externa. Esta decisión debe ser valorada dado que garantiza el suministro propio de parte de la ración, independientemente de lo que hagan los mercados.
En ocasiones estos recursos son limitados, pudiendo alargar su suministro con la incorporación de coproductos húmedos que alarguen el stock. Es el caso de la pulpa prensada de remolacha que, presentando unas características similares a un ensilado de maíz, nos permite alargar su consumo a lo largo del año.
En conclusión, uno de los objetivos del ganadero debe ser reducir los costes de producción, siendo la alimentación la responsable de más del 60% de dichos costes. La posibilidad, por tanto, de trabajar con ración húmeda o seca, dependerá de los recursos propios y de la localización geográfica, aunque la tendencia es, trabajar con raciones húmedas por su teórico menor coste, siendo necesario colocar los kilos de materia seca y su costo en el balance anual.